Hay veces resulta difícil entender la realidad cubana. No deja de sorprender como el gobierno con un apoyo popular bajo y con un país sumido en una gran crisis sigue convenciendo a muchos de que tiene el control del futuro. No solo convence a muchos de los cubanos dentro de la isla, sino que también lo hace con muchos que viven fuera de ella. A diario vemos múltiples análisis que obvian casi completamente la posible reacción del pueblo y la capacidad de este de tomar en algún momento las riendas del futuro. ¿Por qué tanto pesimismo?
No sé si este fenómeno viene como resultado de la inercia provocada por largos años de estatismo gubernamental o por la falta de efectividad de nuestras acciones. Creo que las divisiones y excesiva desconfianza que tanto han proliferado en la sociedad cubana terminaron convirtiéndose en el marco perfecto para la inacción. Debemos concretar iniciativas conjuntas para movernos hacia una solución, quizás está en nuestras narices.
Prefiero ser optimista, pienso que las soluciones vendrán, solo que no entiendo por qué tenemos que dilatar una situación que ya cae por su propio peso.
No sé si este fenómeno viene como resultado de la inercia provocada por largos años de estatismo gubernamental o por la falta de efectividad de nuestras acciones. Creo que las divisiones y excesiva desconfianza que tanto han proliferado en la sociedad cubana terminaron convirtiéndose en el marco perfecto para la inacción. Debemos concretar iniciativas conjuntas para movernos hacia una solución, quizás está en nuestras narices.
Prefiero ser optimista, pienso que las soluciones vendrán, solo que no entiendo por qué tenemos que dilatar una situación que ya cae por su propio peso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario